Representantes de empresas, universidades e instituciones públicas participaron en este encuentro, moderado por Víctor M. Izquierdo Loyola, Presidente del Observatorio del Sector Público de IECISA (OSPI), en el que se ha destacado el papel de la Inteligencia Artificial como catalizador de la transformación digital y se han señalado, al menos, tres campos principales, en los que el Sector Público puede aumentar significativamente su eficacia y eficiencia, gracias a la incorporación de soluciones de IA. El primero, la agilización de la propia operativa interna; el segundo, la mejora de la calidad en la prestación de los servicios públicos a ciudadanos y empresas y por último, la contribución a la creación de un ecosistema en el que puedan florecer empresas de base tecnológica en el campo de la IA, apoyándose en el modelo de la triple hélice, Empresa, Universidad y Administración.

Al debate sobre Inteligencia Artificial aplicada a los servicios públicos han acudido: Ana Blanco Bergareche, Subdirectora General Adjunta de Circulación, en la Dirección General de Tráfico; Juan Manuel Corchado, Vicerrector de Investigación y Transferencia de la Universidad de Salamanca; Jesús García Tello, Director Adjunto de Sistemas de Información de Red.es; Jesús González Boticario, Profesor del Departamento de Inteligencia Artificial de la UNED; Elisa Martín Garijo, Directora de Tecnología e Innovación de IBM; David Pérez, Coordinador de Área Tecnológica de la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital (SESIAD); José Manuel Olivares, Director de Analytics & Information Management de Informática El Corte Inglés y José María Veganzones, Responsable Laboratorio Analytics & Big Data de Informática El Corte Inglés.

A la hora de abordar las razones por las cuales la IA ha tardado tanto tiempo en extender su ámbito de aplicación, además de exponer su relación con otros conceptos próximos como la computación cognitiva o el aprendizaje automático (machine learning), los ponentes coinciden en que los grandes fundamentos de la Inteligencia Artificial se establecieron hace varias décadas, pero en esencia, siguen vigentes. Señalan que lo que realmente ha cambiado en estos últimos años ha sido, por una parte, el factor de escala, orientando su aplicación a campos más estrechos y tareas más específicas, a lo que se ha unido la masiva digitalización y la mejora sustancial de la capacidad de procesamiento, a precios asequibles. Afirman que hoy tenemos la capacidad de procesar este enorme volumen de datos, en tiempo útil para la toma de decisiones. Y por último, señalan también un factor emotivo o psíquico, que se expresa en una mayor disposición a aceptar cambios.